She Hulk: Marvel juega al límite del género de superhéroes

 


Balance de la primera temporada.

La primera temporada de She Hulk ha llegado a su fin en Disney Plus con un episodio que demostró el potencial que no se pudo expresar en la mayor parte de la serie. El ejercicio metadiscursivo que hizo famoso al personaje en la década de 1980 en los comics apareció en muy poca medida, pero se agradece que por lo menos estuviera presente en el cierre. 



La serie de la mujer verde fue una suerte de experimento de Marvel Studios que jugó a probar los límites del género de superhéroes en las pantallas tras cerca de una década y media de inicio del último boom.

Desde que en 1938 Superman cambió la historia de los comics de superhéroes la industria audiovisual intentó generar productos inspirados en este tipo de personajes. Se importaron personajes y tramas a como de lugar.

Es así como hubo primero seriales de cine de Batman y de Superman y luego esto se trasladó a la televisión, y hasta al cine.

Recién en 1978 Superman,la película, demostró que la industria de los efectos especiales y visuales estaba a la altura de representar de manera realista a un hombre volando sin un avión.

Hay que entender que para esa época millones de historias se habían contado en los comics con tramas de distinto tipo, y el cine y a televisión solamente habían aprovechado unas pocas, comparativamente.

Lo que pasó en la década de 1980 es que la postmodernidad llegó a los comics. Así como se cayeron los grandes relatos del Iluminismo también se afianzaron las críticas a los estereotipos y clichés de la historieta y otras artes.

Según los entendidos de la historia de los comics She Hulk nació porque Marvel temía que alguna productora de televisión creara una serie con una versión femenina del Hulk que había sido un éxito en la pantalla chica, y se quedara con los derechos de autor.

Fue un personaje convencional hasta que lo tomó John Byrne y explotó los elementos metadiscursivos como She Hulk rompiendo las viñetas y hasta hablando con su dibujante. Era una apuesta innovadora para una editorial que había publicado muchas historias originales y recordadas.

A mediados de la década de 1980 DC comics publicó dos historietas que tuvieron dos efectos diferentes.

La primera es El Regreso del Caballero Oscuro, de Frank Miller que juega al límite del género de superhéroes, y la segunda, Watchmen, de Alan Moore y Dave Gibbons, que rompió el género.

Si bien ambas historietas son dos obras maestras de la narrativa, la segunda parecía proponer un cierre al relato de los comics superheroicos.

La industria audiovisual siguió nutriéndose de los comics con mayor o menor fortuna en los años siguientes. En la década de 1990 se dio el auge y caída de Bastman en el cine y la experimentación con personajes tan oscuros como Blade y Spawn. En los 2000 en la TV se vio el live action Smallville.

En el 2008 arranca el inicio del último boom con El Caballero Oscuro y Iron Man. Hay que aclarar que las bases de la narración de las historias de origen de superhéroes habían sido sentadas por Batman Begins pero no fue hasta la iniciativa Avengers que la producción audiovisual en esta materia se sistematizó.

En estos últimos 14 años hubo varias películas y series que parodiaron al género de superhéroes y hasta jugaron en sus límites del mismo como The Boys en sus primeras temporadas.

Y She Hulk parecía prometer una revisión en un momento en el que Marvel Studios no pasa por su mejor momento. Las películas de la última fase no han causado el mismo impacto que las anteriores y las series de Disney Plus han tenido pocos puntos altos.

Hay quienes piensan que el género está agotado para las pantallas y va camino a la decadencia.

Hasta antes del último capítulo la serie de She Hulk parecía haber sido creada para mostrar cómo había sido transformado el Daredevil de Netflix en el Daredevil de Disney, porque había poco metadiscurso, y todo quedaba en el debate entre los que rechazan la inclusión forzada de Disney y los que disfrutan sin miramientos lo que haga.

Sin embargo, en el final de temporada se rompió la cuarta pared de la pantalla o de la aplicación y por fin se pudo ver a Marvel hablando de como cree que se habla de Marvel. Desde una inteligencia artificial llamada KEVIN que arma las tramas hasta los finales en los cuales deben aparecer todos los personajes y dejar la puerta abierta para múltiples continuaciones y contactos con futuros productos.

Obviamente, Marvel no está preparada para hacer su propio Whatchmen y romper su propio negocio. SÍ puede forzar el género un poco. El botón es que en el final de temporada hay una explicación de qué estuvo haciendo Hulk durante todo este tiempo y qué trajo a la Tierra.

Queda la duda de por qué no hubo más capítulos como el octavo, y de ver cómo se integrará She Hulk al mainstream de Marvel Studios.

Como balance,la mayor parte de la serie pareció relleno. El humor no causó gracia. Las tramas fueron poco relevantes. Y CGI tampoco fue bueno. 

Y parece jugar al límite es lo mismo que está haciendo Disney con Andor, pero esa es otra historia...


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