Desde 2008 a la fecha se viene desarrollando lo que se puede denominar como la era Robert Downey Jr. del cine. La interpretación de Iron Man le valió al actor el reconocimiento del medio artístico que había sido opacado luego de un buen inicio en la década de 1980 a causa de su adicción a las drogas y los encándalos en los que se había visto envuelto.
Downey siempre fue un actor histriónico, enérgico, y que hasta por momentos parece que sobre actua sus interpretaciones, pero nunca se puede negar que ha logrado formar una personalidad que con iguales aptitudes no pudo soportar Jim Carrey.
En realidad a Downey lo que le dio Iron Man en la posibilidad de ir pasando de una superproducción a otra, mientras se sigue desarrollando la franquicia de Los Vengadores de la pantalla grande, el video, los videos juegos y los juguetes, etc, etc.
Una de las últimas paradas del tren de Downey fue Sherlock Holmes. La primera película fue entretenida, nada de otro mundo. Un divertimento en la que al actor se le permitió representar una encarnación osada del detective más famoso de la historia de la literatura; un personaje que fue de los libros al teatro y de allí al cine; el símbolo de lo que fue el desarrollo de la industria cultural de la que hablaba Teodoro Adorno.
La secuela no deja de ser entretenimiento. En última intancia, Guy Ritchie es un director que gusta de mostrar en tono tragicómico las miserias de la sociedad inglesa, o mejor dicho, esa realidad que parece quedar encubierta por el modo de vida inglés (bastante frío y formal, se puede decir).
Y sí, Sherlock Holmes usaba drogas en los libros. Era un transgresor que fue muy popular, amado por los lectores de las historias que escribió Arthur Conan Doyle.
La película está basada vagamente una de las historias más famosas del detective, aquella en la que se enfrenta con James Moriarty (interpretado por Jared Harris), el Napoleón del Crimen, algo así como el Ra´s Al Ghul de Holmes si fuera Batman (y por qué no el Bane si fue el Caballero de la Noche de Nolan). Alguien tan brillante que es como el reflejo del investigador.
La historia se plantea como una partida de ajedrez entre los dos personajes principales con tono a veces cómico a raíz de la interpretación de Downey. Por primera vez las cosas no salen como Holmes deduce que van a ser o es forzado a recorrer el camino que le marca el enemigo.
También es una película de viajes. Se va de Gran Bretaña a Francia y luego a Suiza. Hay una secuencia en un tren que es espectacular, digna de una secuela de Misión Imposible en la era victoriana.
Noomi Rapace se incorpora como una gitana que está relacionada de alguna forma con un anarquista que parece responder a Moriarty, y aparece Mycroft, el hermano de Sherlock, interpretado por Stephen Fry. También está otro personaje de los textos: el Coronel Sebastián Morán, a cargo de Paul Anderson.
Durante toda la historia se redudanda en la ambigua relación existente entre Sherlock y Watson, a quien encarna Jude Law. Más aún ahora que Watson se ha casado, pero debe renunciar en forma forzada a su luna de miel por ayudar a Holmes.
Ahora bien sobre el final, la historia decae un poco. Llama la atención de la película es que el plan maestro de Moriarty ya había sido presentado por un personaje que resultaba ser Moriarty en «La Liga de los Caballeros Extraordinarios», de 2003. Y es algo extraño, porque si bien la cinta que dirigió Stephen Norrington fue poco vista y juzgada como un fracaso no se puede creer que la misma industria no la haya tenido en cuenta a la hora de comparar las ideas previas a la realización de la secuela de Sherlock Holmes. Esto en cierta forma le quita fuerza a la propuesta, más en los momentos culminantes. Es un Deja Vu, demasiado obvio.
Eso sí, la era de Robert Downey Jr. tiene cuerda para rato.
Características especiales
- Sherlock Holmes y el Doctor Watson: una química perfecta. Jude Law reconoce que en esta película se buscó profundizar sobre la relación que une a Holmes y Watson. Se juego mucho con la ambigüedad sexual del detective, por la manera en la que cela a su ayudante. También se muestra lo gracioso que fue para los actores y el director del rodaje.
- El plan maestro de Moriarty al descubierto: aquí se presenta al personaje antagonista y se cuenta que se planteó el enfrentamiento con Holmes como una partida de ajedrez. Ritchie reconoce que es muy común que juege al ajedrez durante los rodajes de sus películas. En este caso se convocó como asesor a Adam Raoof, director de la Federación inglesa de ajedrez. Este último explica que se basó en una partida donde uno de los jugadores sacrifica la reina de manera temprana. También se representa una partida sin que exista tablero, sino que todo ocurre en la mente de ambos jugadores.
- Holmesavision en Esteroides: una de las particularidades de la primera película de Holmes era que el personaje principal deducía todo lo que iba a ocurrir a través de una representación mental que se cumplía a rajatabla. En la secuela la novedad es que lo que se piensa que puede ocurrir, puede cambiar por la aparición de imprevistos. Este corto documental explica que esto último se incorporó para continuar utilizando el efecto. Lo gracioso es que esas esas fueron filmadas sin dobles y los actores hacen todos los movimientos de manera lenta sin ningún efecto de postproducción, salvo los de fotografía. Obviamente, el título es una burla a lo que podría ser Panavisión en Estereo, jugando con el perfil de adicto que se ha ganado historicamente el personaje principal.
Escenas
Trece escenas divididas en pantallas de 6, 4 y 3
Configuración
Audio: inglés, francés y español. Subtítulo: inglés, francés y español.
esta mui buena la peli
ResponderEliminarEsta película me parece muy buena y entretenida, lo que más me gusta es la actuación de Robert Downey Jr., pues me parece un estupendo actor, interpreta muy bien sus papeles y en este caso no es la excepción.
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