Las crónicas del miedo (VHS, 2012, múltiples directores)

El Video Home System es un invento de la década de 1970, pero que explotó en la década de 1980. Por primera vez un invento permitía por menos dinero replicar lo que producía a un costo inmenso en el mundo del cine. Personas comunes y corrientes podían filmar en una cinta magnética calzada dentro de un cassete, editar, copiar y distribuir sus propias películas, fueran estas de ficción o documentales.

El cambio de paradigma fue retratado en la película de David Cronenberg de 1983, “Videodromo”, donde el cassete era una herramienta de control social efectiva por ingresar directamente y de manera silenciosa a la casa de cada consumidor.

Se trató de una revolución que luego sería superada por Internet, youtube, el video digital y el almacenamiento en dispositivos sólidos. La calidad del VHS no era buena, pero servía para comunicar de una manera mucho más barata que el fílmico, y sin la necesidad de revelar la producción como ocurría con el Super 8.
La reproductividad sencilla  del VHS era la clave de la continuidad de la vida espectral de Samara en “The Ring”.
Le experiencia del VHS fue representada a través de la tercera parte de “Actividad Paranormal”. De hecho, cuenta la leyenda que para promocionar la película, los directores y los productores enviaron a un sitio de Internet especializado los trailers en video casetes, y en el paquete incluyeron un reproductor, suponiendo que un aparato como ese no sería fácil de conseguir en el 2011.

Hay algo que los dispositivos ópticos como el DVD y el Blue Ray, al igual que el Compact Disc y el minidisc no pudieron quitarle a la cinta. Esto es, la posibilidad de regrabarla y que parte de lo que había antes “impreso”, se pudiera seguir viendo en los saltos que daba la cinta cuando se apretaba el botón de stop.

En “VHS” o “Las crónicas del miedo” ,la película  de terror que en el 2012 estrenó el colectivo creativo “The collective”, tiene algo de eso. Grabar, regrabar, generando un particular montaje. Esta es una antología compuesta por 6 historias de miedo, explota una idea que se vio en un capítulo de Los Simpsons: en algún lugar, alguien tiene guardados todos los videos raros, secretos y misteriosos del mundo. Una suerte de explicación a la ausencia de registros de actividades paranormales, extraterrestres o terroríficas verdaderas en toda la faz de la tierra.

El resultado es desparejo de muy baja calidad visual. Lo último se explica porque la baja definición y los movimientos erráticos son tomados como una marca estilística más que como un defecto. Lo primero no tiene explicación, porque siempre pudo haber sido mejor la película.
Lo que se muestra es un casete editado en el que a su vez se muestra como un grupo de jóvenes aficionados a este arte audiovisual se meten en una vivienda a buscar un video que muestra algo horripilante, pero lo que hallan son más videos con historias truculentas y también al mismo cuco.

La historia global, llamada “Casete 59”, extrañamente, es la menos sangrienta. “Noche amateur”, se basa en las bondades de un equipo de filmación inserto dentro de un par de anteojos. La mejor es “Segunda luna de miel”, por el desarrollo y los guiños que se van dando al espectador hasta llegar al final en el medio de una peculiar película de carretera. “Martes 18”, es una suerte de parodia de las películas de terror de adolescentes de los 80´s. “La cosa enferma que le pasó a Emily cuando era más joven”, se monta sobre los vicios de la era digital. Y “10/31/98”, abunda en el tema de las casas embrujadas y halloween.
Es decir, todos los cortos responden a tópicos del cine de terror y también hacen hincapié en los estereotipos del género.

A diferencia de “El proyecto de la bruja de Blair”, “Actividad Paranormal”, y hasta “El último exorcismo”, en Estados Unidos “VHS” no fue un éxito de taquilla. Según boxofficemojo.com solamente recaudó 100 mil dólares. Sin embargo, sirvió para que los responsables de su creación se hicieran lo suficientemente conocidos como para elaborar una segunda parte, que se estrenará pronto.

A finales de la década del 80, esta películo hubiera sido un objeto de culto dentro de un circuito completamente independiente de fanáticos del terror. Hoy en día no es más que una mercancía que busca un lugar entre el poco espacio que le deja una industria cinematográfica que está en decadencia.

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