Twin Peaks, el regreso (Twin Peaks: The return, David Lynch y Mark Frost, 2017)

Twin Peaks, el regreso, terminó y no todo el mundo, pero sí buena parte de sus fans están discutiendo en cómo lo hizo.


La serie de David Lynch no fue un éxito de público pero sí de crítica. Un proyecto que marcó un hito en el mundo de la televisión por los recursos narrativos que en él se utilizaron y la fragmentación del relato que presentó.
A lo largo de 18 capítulos o partes, que pueden haber sido muchos para la televisión actual, se vio de todo un poco. Lynch volvió a demostrar que sus historias se cuentan más con las imágenes y con los sonidos antes que con las palabras. Los diálogos pueden no tener sentido, pero las secuencias terminan siendo atrapantes.
Ya de por sí fue raro que una cadena de televisión quisiera continuar con una serie que había terminado hace 25 años. Se echó mano a aquella frase que decía uno de los personajes más importantes de la producción, Laura Palmer, “agente Cooper, lo veo en 25 años”.
Eso pasó y sirvió para demostrar que Cooper estaba obsesionado con Palmer, a tal punto de que no se resignara a que muriera.
La historia de la serie original se podría resumir de la siguiente manera: alguien mata a la reina de la escuela secundaria, Laura Palmer. Esto lleva a que el FBI llegue al pueblo y en el marco de la investigación, se exponen los aspectos más perturbadores de la comunidad. Alguna vez Lynch reconoció que su idea era nunca revelar quién mató a Palmer, porque era como matar la gallina de los huevos de oro.
De hecho, una vez que se supo quien era el autor de la muerte, la mayor parte de la audiencia perdió el interés en la serie. Luego de eso se sumaron más situaciones que iban más allá de lo normal hasta llegar a un cierre de segunda temporada donde el agente Cooper quedaba atrapado en esa dimensión tan extraña a la que se conoce como la Logia Negra, representada por un salón rodeado de cortinas rojas.
En 1992 se estrenó “Twin Peaks: el fuego camina conmigo”, una película mucho más oscura que la serie. Se contaba un homicidio ocurrido en circunstancias semejantes, ocurrido cerca de Twin Peaks, la desaparición de dos agentes del FBI; y también los últimos días de Laura Palmer. No funcionó. De esta manera, se clausuró la posibilidad  de seguir la historia en el cine.
Los 25 años que pasaron desde entonces, se sintieron. Algunos miembros del elenco murieron, otros enfermaron, y unos cuantos, ya no quisieron saber nada más de Twin Peaks.
Lynch y Mark Frost, el otro cerebro detrás de Twin Peaks, se animaron a volver a pensar en la serie. Si lo hicieron por dinero o por amor al arte, sólo ellos lo saben. No obstante, lo que lograron fue un producto extraño, inclasificable, mezcla de terror con comedia. Un policial grotesco.
En esta tercera temporada la historia va más allá del pueblo. Recorre buena parte de los Estados Unidos y llega hasta Argentina por unos segundos. De esta manera, se puede llegar a entender que lo perturbador está en todas partes.
El argumento es el siguiente: Luego de 25 años, Cooper tiene la posibilidad de salir del lugar donde se encontraba, pero antes tiene que hacer que regrese un doble maléfico que fue puesto en su lugar, al que se lo denominó como Mr. C. Lo que pasa es que el doble no quiere volver. A la par se registran dos muertes que terminan convocando al FBI, específicamente lo que sería el viejo equipo de Cooper.
Algo sale mal en el regreso de Cooper y parece sufrir daño cerebral. Encima, se lo toma por un tercer doble, creado por Mr. C, llamado Dougie, que es un corredor de seguros vinculado con estafas.
La historia se ramifica. Gordon Cole, el jefe de Cooper, encarnado por el propio Lynch, se involucra personalmente en la investigación. Se toma su tiempo para compartir datos importantes (en la anteúltima parte hace una revelación importante que sirve para explicar parte de lo visto pero también para generar más confusión).
Se dan más datos sobre la Logia Negra, y su contraparte, la Logia Blanca.
Se avanza sobre una mitología.
Hay una expresión, “Electricidad”, que parece tener implicaciones mágicas.
También hay presentaciones estelares de músicos en lo que es una cervecería de pueblo (de lo mejor, Eddy Vedder, NIN, y el cameo de Moby).
Lynch dirigió todas partes, y se encargó del sonido. Lo fotografía y el montaje también son dos aspectos importantes y destacados.
El elenco es sensacional. Los personajes, en muchos casos son patéticos pero entrañables. Es como todo es una gran broma macabra. Un desarrollo que tiene por finalidad saciar la abstinencia que han sufrido durante años los fanáticos de Lynch y de Twin Peaks.
Sin embargo, el resultado sigue siendo magnífico, experimental, porque nadie se había atrevido a ir tan lejos.
Es muy difícil decir por qué Twin Peaks, el regreso, es muy buena. Hay que verla y, obviamente, soportar todo lo que puede parecer tonto, irrelevante, y aburrido. Pasado por el tamiz, lo que queda es positivo, aún el final, que puede parecer abierto, pero cierra.
Kyle MacLachlan, quien interpreta a Cooper y sus dobles, brinda un trabajo memorable, así como Naomi Watts, Laura Dern, Jim Belushi, Michael Horse, Robert Foster, Miguel Ferrer, y tantos otros. Y otra vez Lynch es genial interpretando Gordon Cole.
Volviendo al final, hay que reconocer que se cierran varias líneas argumentales, sobre todo las más importantes, y otras quedan abiertas. Esto último, tal vez, porque no todo tiene una conclusión en la vida, y menos, una explicación.
Mientras que en la parte 17 se muestra a una suerte de Cooper triunfante y muy seguro de sí, sobre el final y luego en la parte 18, esto cambia.
¿Fue todo un sueño realmente? ¿Existe Judy? ¿La Logia Negra está más allá del tiempo y el espacio? ¿Qué le susurró al oído Laura Palmer a Cooper en la sala roja?
Tal vez, estas preguntas se respondan viendo una y otra vez todas las partes juntas.
Los fans, durante 25 años han tratado de explicar lo que pasaba en las dos temporadas iniciales y en la película. Se puede pasar el mismo tiempo con este regreso, o más.
Twin Peaks ha terminado, y quizás nunca más vuelva. Su efecto, seguirá siendo tema de debate.
Spoilers (o no)
The End: El final de la serie ha estado en consonancia tanto con Twin Peaks como con Lynch. El realizador tiene su forma de contar historias y de cerrarlas, no terminarlas.
Cooper parece estar obsesionado con Laura Palmer. El agente del FBI no conoció en vida a esta joven víctima de las fuerzas más oscuras que se han conocido en el mundo, pero sí lo hizo en la Logia Negra.
Tal vez no sea la misma persona, sino una representación, pero esa imagen que habla al revés y que dice que se le doblan los brazos hacia atrás, cautiva a Cooper.
La necesidad de cambiar el destino de Laura Palmer, es lo que parece guiar todo el accionar de Cooper. Esto se revela en el anteúltimo capítulo. Es que si Palmer no hubiese muerto, él nunca hubiera terminado en la Logia Negra. O quizás, Cooper cree que esto es lo correcto y ha descubierto una manera para hacerlo.
Ahora bien, en las últimas partes comienza a cobrar mucha importancia la referencia a los sueños. Cada vez más se habla de esto, y también se lo representa de distintas maneras. Hasta el mismo Cooper dice que la vida es un sueño.
Es ahí cuando parece que todo va a terminar como Mulholland Drive (obra maestra de Lynch), pero no es así, porque hay una vuelta de tuerca.
Sí, luego de tener sexo con Diane, Cooper despierta (como le pasa al personaje central de  Mulholland Drive), pero ya no es Cooper, sino Richard. Parece que es agente del FBI, en servicio o retirado, pero tiene una placa. Su carácter no es el mismo. Recuerda un poco a Cooper, pero también a Mr. C.
Encuentra a una mujer igual a Laura Palmer, pero que se llama de otra manera, Carrie Page, que tiene a un hombre muerto sentado en el living de la casa. Pero no importa nada para el agente. Sigue adelante con su plan de llevar a casa a Laura Palmer.
Allí se da el regreso a Twin Peaks, pero parece que no es el mismo pueblo que recuerda el agente. En la casa en la que vivían los Palmer, hay otra gente que no conoce a esa familia.
Entonces ¿Todo lo que se vio en Twin Peaks fue un sueño de Richard? Puede que sí, pero el propio final indica que puede que no. Por ejemplo, la mujer que vive en la casa que supuestamente era de los Palmer, se apellida Tremond, y se la compró a una mujer de apellido Chalfont. Son dos apellidos ya escuchados en Twin Peaks, y fueron utilizados por una misma mujer y su nieto, bastantes siniestros, en varias oportunidades.
La mujer de la casa habla en voz baja con alguien que parece estar detrás de la puerta o muy cerca pera al que Richard - Cooper no puede escuchar.
Esta secuencia recuerda a un diálogo entre el agente Hawk y Sarah Palmer.
Por otro lado, Carrie Page comienza a gritar luego de escuchar la voz de la madre de Laura Palmer, llamando a su hija. Y sí, el grito es igual a los que daba Laura Palmer cuando se sentía aterrada.
Con esto, hay que decir que el final de Twin Peaks no es abierto, sino perturbador.  Ya no importa si Cooper salvó a Laura Palmer o quien es Judy. La vida es sueño y pesadilla, es certeza y confusión, todo al mismo tiempo.

Mi opinión: En el final Carrie Page se da cuenta de que es Laura Palmer y por eso grita. No tengo idea si están en otra realidad o en un sueño. Lo cierto es que ese grito aterrador es la manera en la que Lynch eligió para que la gente entienda lo que pasó. No me imagino a Lynch escribiendo una escena donde todo se explica con palabras. No es su estilo.

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