Cosas que no tienen sentido en Snowpiercer, la serie de Netflix

Se acaba de estrenar en Netflix Snowpiercer (Rompenieves) un producción de TNT que el gigante de streaming distribuye en buena parte del mundo.
Los abonados al servicio pudieron ver los dos primeros capítulos del total de 10. El resto se estrenará semanalmente.
Snowpiercer se basa más en una película coreana, filmada en inglés, de ciencia ficción dirigida por Bong JoJoon-ho (el de Parásitos)​ y escrita por Kelly Masterson, estrenada en 2013.
Esa producción, a su vez, se basaba en un comic francés cuya primer tomo fue editado en 1982.
Cada cual cuenta el origen de la trama de manera distinta, pero coincenden en que por algún motivo la temperatura de la Tierra bajó y la vida ya no era posible en la superficie. Entonces, un empresario inventó un tren que llevaría a una pequeña porción de la población en un eterno viaje por el mundo tratando de garantizar la supervivencia de la humanidad. Hay una división de clases que se articula según la distancia a la que se esté de la máquina. Los más próximos son la Primera Clase, y los de la cola, el proletariado, aunque no tengan muchos hijos. 
En el comic y en la película se cuenta el episodio de la revolución en el tren. Los de la cola tratan de tomar el control avanzando a través de los vagones en una lucha sin cuartel.
En la serie esa rebelión está en juego, pero en el inicio se le da más importancia a la resolución de un crimen en los vagones de Tercera Clase que es encargado a un ex policía que vive en la cola.
En este caso, los de la cola del tren no son pasajeros con boleto sino polizones.

Y es aquí donde empiezan los sinsentidos. La lista va a crecer, seguramente, con el paso de los capítulos:

- ¿Por qué los responsables del tren permitieron que los de la cola siguieran el viaje? Cuando comienza la serie hace cinco años que está ahí, mal comidos y constantemente discriminados. Ni siquiera parecen que fueran muchos. Los podrían haber matado o directamente, desprendido los vagones para que descarrilen.
- el tamaño de los vagones: hay algunos que parecen tan grandes como una cancha de basquet, y otros son bien angostos. Desde afuera parece que todos son iguales.
- ¿No hay medios de locomoción? El tren tiene 1001 vagones que parecen medir 30 o más metros de largo. O sea, la longitud sería de 30 a 50 kilómetros. Sin embargo, todo el mundo camina desde la cola hasta la máquina.
- ¿Quién mantiene las vías y los puentes? Son millones de kilómetros de rieles que seguramente se van desgastando.
- ¿No hay cámaras de vigilancia? El protagonista escapa de una celda, sale al pasillo del vagón y nadie lo ve porque parece que no hay cámaras de vigilancia, algo que debería ser común con tanta tecnología alrededor.

No hay comentarios:

Publicar un comentario