“La Liga de la Justicia” no es una película perfecta. Tiene tremendos problemas como por ejemplo, un villano sin profundidad que parece salido de un videojuego de PlayStation 2. Sin embargo, no deja de ser un producto muy entretenido que se aleja de la tristeza de “Batman Vs Superman: el amanecer de la Justicia”.
De ninguna manera es el bodrio que muchos dicen que es. La película se pasa volando. Es fácil de entender y tiene algunos planteos que no son filosóficos pero abren la posibilidad de reflexionar sobre lo que es la humanidad y la sociedad.
Tampoco es una copia de la forma que ha tenido Marvel de llevar a sus héroes a la pantalla grande. Hay chistes, pero no como en ese otro universo cinematrográfico. Esto es diferente.
El argumento es el siguiente: Superman está muerto. Batman siente culpa. Aparece una amenaza del espacio exterior que busca reunir tres cubos a los que llaman cajas madre para dominar la Tierra, y el encapotado decide conformar un grupo con los superhéroes que conoce que existen. Es así como se vuelve a contactar con la Mujer Maravilla (Gal Gadot, siempre simpática), y convoca a Aquaman (Jason Momoa, muy apropiado); Flash (Ezra Miller, otro simpático); y Cyborg (Ray Fisher).
Obviamente, como otras películas de supergrupos como los X Men, Los Vengadores, y los 4 Fantástico, esta primera entrega tiene como base la necesidad de que todos los integrantes trabajen de manera coordinada. Mientras no lo haga, no podrán triunfar. Es sencillo.
A esta altura del partido todo el mundo sabe lo que pasó con Zack Snyder y por qué tuvo que dejar la dirección de la película para ser reemplazado por Joss Whedon. Pero, Snyder sigue figurando como director, a pesar de que Whedon filmó nuevas escenas para tratar de mejorar el producto.
Sí, están todos los vicios de Snyder: los covers de temas conocidos para ambientar escenas, la cámara super lenta, las escenas de pelea con mucha sangre y violencia, cierta melancolía que flota en el ambiente, formas infantiles de ver la vida; planos de las cola de la Mujer Maravilla que son muy obvios.
Pero todo esto no invalida nada. La película tiene otro ritmo distinto al Hombre de Acero, a Batman vs Superman y hasta de Watchmen. Es llevadera.
Para hablar del villano de la película, antes, tal vez, haya que recordar que uno de los primeros personajes con los que se enfrentó la Liga de la Justicia en un comic, en 1960, fue Starro, una estrella de mar gigante y malvada, venida de otro planeta. Era tan poderosa que casi vence al grupo, pero el que salva la situación no es otro que un tipo al que le gusta chasquear los dedos y cortar el pasto.
O sea, no importa lo patético del villano, sino la amenaza que representa y por lo que todos estos superhéroes se tienen que juntar y usar la cabeza junto con los puños.
Steppenwolf, es un personaje que pertenece a la saga del cuarto mundo, creada por Jack Kirby. Su líder es Darkseid, uno de los seres más poderosos del universo. Junto a otros de sus compañeros se reconocen como los Nuevo Dioses.
En la película se ve al villano muy chato. No logra expresar en palabras su motivación, lo que hace que parezca nada más que un jefe final de un juego. Es que no tiene un interlocutor. Es el comandante de un ejército de seres voladores que parecen no tener libre pensamiento (los parademonios). Y nunca tiene una buena charla con los superhéroes porque está peleando con ellos.
En lo que refiere a la acción, la película está repleta de la misma. Es lo que hace llevadera a la trama. A pesar de que la duración de dos horas parece extensa, la verdad es que hay ciertos momentos como que se tiene la certeza de que falta algo más de tiempo.
Que bueno hubiera sido ver más de la Atlántida y no tener que esperar a la película en solitario de Aquaman.
Hay escenas fabulosas, como una batalla entre distintas razas contra Steppenwolf que podrían haber ocupado mucho más tiempo, y hay otras, como la del final, donde se pierde un poco la visión global.
Y el escape de las amazonas, es tremendo y heroico.
Sin apelar a un spoiler, se puede decir que hay una escena muy emotiva que podría haber durado un poco más, pero como ocurre mientras la mayor parte de los héroes está preparándose para dar la pelea final, queda algo descolocada.
Y la pelea final podría haber tenido un mejor desenlace, seguro, pero es lo que hay. Porque parece que tanto Snyder como Whedon comparten la manera en la que se debe derrotar a un ser invencible e invulnerable demostrando que el supergrupo además de fuerza tiene inteligencia.
Hay quien se queja de la calidad de los decorados digitales, pero la verdad es que la velocidad con la que transcurre la acción hace que quede en un segundo plano.
¿Y los personajes? Es una película coral, la Mujer Maravilla se sigue destacando por su personalidad. Lo que llama la atención es que siga sintiendo la pérdida del amor de su vida aunque hayan pasado como 100 años.
El Batman de Ben Affleck es interesante. En la película es la voz de la culpa por la muerte de Superman pero también de la necesidad de unir al grupo. Lo que tal atenta contra el pasado de este icónico superhéroe, en la película, es que se hace mucho hincapié en que su único poder es tener dinero, cuando en verdad todos saben que Batman tiene otras habilidades.
El Flash de Ezra Miller es un adolescente. No es el Barry Allen policía científico que se vio en las historietas y hasta en la serie de televisión. Su personaje refleja al héroe que está naciendo, y tiene más dudas que certezas sobre el uso de sus poderes. Su inseguridad se traduce en chistes o frases irónicas que ayudan a que la película sea más ligera.
Aquaman necesitaba más trasfondo en su historia. Jason Momoa está muy bien en el papel del señor de los mares. Es brutal al momento de pelear y tiene un momento muy gracioso en una escena vinculada con el lazo de la verdad de la Mujer Maravilla.
Cyborg es todo un tema. Como superhéroe, es el más desconocido de todos para el gran público. Obviamente, un fanático del comic no dirá lo mismo. Pero no la película ni el propio Ray Fisher logran explicar ni con palabras ni con gestos el sufrimiento que vive al transformarse en algo más que una persona con partes mecánicas.
Lois Lane, es la viuda de Superman. Otra vez a Amy Adams le toca interpretar a una periodista que pasa más tiempo triste que haciendo su trabajo. Para los que recuerden esa extraña escena de Batman vs Superman en la que alguien que sería Flash viaja desde el futuro para decirle a Bruce Wayne que Lois Lane es la clave de todo o algo así, bueno, aquí parece que se comprende lo que dijo.
La Liga de la Justicia es una muy buena película de superhéroes. Mucho mejor que otras que se han dado. Vale la pena disfrutarla sin el peso de las críticas de especialistas que por lo general creen que Iron Man 3, con ese extraño Mandarín, es lo mejor que se hizo en el universo Marvel.
También este es un nuevo comienzo. Es lo que marca la segunda escena postcréditos, con dos personajes muy particulares hablando de la manera en la que se enfrentará a la Liga de la Justicia de ahora en más.
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